Después de varios días sin poder trabajar por la presencia de nubes altas, que con su reflectividad, impiden realizar ningún tipo de observación, hemos empezado a aprovechar la llegada del cielo de Otoño – Invierno. La primera toma es lo extraño que se hace realizar tomas espectrales en un cúmulo abierto, en este caso las Pleyades, muy visual, instructivo y bonito:
Aparecen en la imagen multitud de rayas espectrales correspondientes a este hermoso cúmulo, que es precioso en visual, pero espectrográficamente es sumamente interesante, al ser todo estrellas jóvenes.
A la misma altura sobre el horizonte, teniamos a Capela, la alfa de la constelación de Auriga, una de las estrellas más brillantes del cielo, su magintud es de 0,96, es de tipo espectral G y se encuentra a 42 años luz de nosotros. Su masa es la de 2,7 soles. El origen de su nombre es curioso, procede del latín y significa “pequeña cabra”, hace referencia a la cabra Amaltea qeu amamantó a Zeus.
Al ser una estrella tan brillante su espectro primario aparece muy luminoso, buscandose de este modo las rayas espectrales en el secundario, tal y como apreciamos en esta imagen:
Como toda estrella de tipo G las rayas del hidrógeno aparecen más difuminadas y se aprecian claramente las del hierro y de otros metales pesados.
Dejamos asimismo el analisis de la luminancia de dicho espectro:
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