domingo, 3 de marzo de 2013

CATALOGO MESSIER, M98


M 98
Galaxia Espiral M 98 (NGC 4192), tipo Sb, en La Cabellera de Berenice

Historia
Junto con las cercanas M99 y M100, M98 fue descubierta el 15 de Marzo de 1781 por Pierre Méchain. Charles Messier midió su posición y la catalogó el 13 de Abril de 1781, inmediatamente antes de terminar la tercera y última edición publicada de su catálogo, y destaca que M98 es la más débil de estas tres.
Localización
La galaxia sobre el borde M98 puede ser localizada mejor comenzando desde la estrella de magnitud 5, 6 Comae Berenices, que está al este de M98.

Descripción
M 98 es una de las galaxias más difíciles de observar en el Cúmulo de Virgo, aunque esté situada dentro de la constelación de la Cabellera de Berenice. Para encontrarla, lo mejor es partir de la estrella 6 Comae Berenices, de 5ª magnitud, situada al Este de M 98. Holmberg lanzó la hipótesis de que esta galaxia podría estar situada en primer plano, más que ser miembro del cúmulo, porque se aproxima a nosotros con la velocidad de 125 km/seg. Sin embargo, otros autores opinan que es, justamente este argumento, uno de los mejores para afirmar que forma parte del Cúmulo de Virgo. En este último, denso y masivo, los movimientos debidos a la vez a la gravitación y a las frecuentes colisiones, pueden fácilmente adicionar velocidades ligeramente superiores a 1.200 km/seg., aparentemente en nuestra dirección, lo cual se deduce del desplazamiento hacia el azul del espectro de esta galaxia. M 98 se observa casi de canto, y aparece como un disco difuso y caótico, conteniendo algunas zonas azuladas de estrellas de reciente formación, y una enorme cantidad de polvo absorbente, que enrojece considerablemente la luz del pequeño, pero brillante, núcleo central. Si bien estas galaxias vistas de canto no permiten observar su desarrollo en espiral, ofrecen imágenes dignas de verse, por su aspecto visual y por la extensión de su eje mayor, que alcanza, por lo general, dimensiones mucho mayores que en los casos de galaxias que pueden verse de frente. La razón es la siguiente: la luz de los brazos es, evidentemente, la misma, pero cuando la vemos de lado se concentra sobre una superficie aparentemente menor y, por lo tanto, ofrece una mayor luminosidad por unidad de superficie, lo cual es imprescindible para la visión telescópica. Por ello, con pequeños instrumentos las galaxias vistas de canto parecen siempre mucho mayores que las vistas de frente.

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